¿Orgánico o Republicano?

Es evidente que la República, pasa por momentos de dudoso estado de salud. Hemos de establecer un paralelo entre lo orgánico y lo republicano, a los efectos de saber diferenciar cuándo, cada cosa se encuentra en su lugar y cumpliendo sus funciones fielmente.

En primer lugar, comenzaremos por aquello de lo orgánico. En medicina, un órgano está sano cuando no duele ni se manifiesta como sensible ante ningún esfuerzo o trato anómalo. Entonces, si el hígado está sano y no es graso, y no tenés mareos, podés comer ciertas frituras, tomar algo de alcohol y otras ingestas.

Por el contrario, si comiste algo que te cayó pesado, sentís una suerte de mareos, algo de nauseas, dolor en el lado posterior derecho de la espalda, seguro que ese hígado está diciendo «no ando bien». Se ha manifestado. Entonces, concluimos. si un órgano se manifiesta fuera de lo común, no está sano.

En la política, ocurre lo contrario. Si todo está en silencio, podemos decir que la única coincidencia total es la del cementerio. En la República, todos los organismos, para que la misma esté sana, deben estar en permanente manifestación. Ese es el caso contrario a lo que ocurre con el cuerpo humano.

Digamos que las cosas en Argentina, políticamente hablando, no andan bien. Para comenzar, todos los organismos se manifiestan y no de la mejor manera posible. Hay formas poco gratas de hacerlo pues, obran seres humanos e instituciones, todos con facultades para expresarse per se o, en casos extremos, por la Justicia.

Esto, no es otra cosa de lo que está ocurriendo en el presente, caso Chubut, caso gobernadores, coparticipaciones federales, los esquilmados jubilados que me incluyen y una catarata de problemas que atropellan a la gestión de Javier Milei pues fue Milei quien ingresó al poder, atropellando.

Para iniciar esto en términos pacíficos, bástenos decir que a los jubilados, nos llamó «viejos meaos». Para sentirse el reconstructor de una Patria que ya no existe, renombró su Ley Ómnibus, con el mismo término que Alberdi, «Bases». Podría haber sido más original. Ni los músicos se copian los títulos de sus temas.

La consabida Ley Bases, ahogó al Congreso de la Nación, quiso cambiar al país en 600 artículos y en dos semanas y se ganó un buen dolor de cabeza pues, el rechazo de la misma, le pateó el hígado. Digamos que en Grecia, hace tres mil años, existió una figura llamada «el hegemón». Tal personaje, era el ídolo carismático, amado y seguido por la polis. No era prepotente, era un encantador de la población y se lo amaba. Cuando marraba sus medidas de gobierno, perdía el carácter de hegemón y terminaba su reinado.

Es muy probable que Javier Milei, ignore esta figura y lo importante que es la aceptación y lo deplorable que es el rechazo, por ser rechazados. Hace apenas horas, se reunían los gobernadores en el Senado para discutir la coparticipación federal. Los diputados, como órgano humano, ya se manifestaron y dieron su nota.

Senadores, no parece proclive a un «sí» fácil para la Srta. Villarruel. Lo que intentamos decir es que esta república, al revés que un cuerpo humano, tiene todos sus órganos manifiestos y en pie de guerra. Está sana, intacta, dispuesta a jugar federalmente, republicanamente, democráticamente y, fundamentalmente, dando algunas clases de civilidad a la Presidencia de la Nación.

Hemos de cerrar este editorial con la conclusión que, en democracia, la prepotencia, no tiene cabida. No es un gobierno de facto y no hay ni un porqué, los 24 jefes de gobierno, deban aceptar las medidas presidenciales en forma inapelable. Es un gran error pensar que, por tener un cargo de alto rango, puedo imponer una medida forzosa al resto. Sería tan dislocado como si por ser Coronel, le pidiera a su Cuerpo de Regimiento que recurra masivamente al suicidio. Inaceptable.

Los dejamos, con saludos para el Sr. Presidente, nuestros respetos para Gobernadores y Sres, Legisladores, nuestra simpatía por la Sra. Vice Presidente y si existe alguna figura gigante, superior a la condición humana y que quepa en el vasto cosmos, que la misma nos ampare.

Buenas noches.

Juan Mangione.

29/02/24.

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